En efecto, más técnicamente la minería de criptomonedas es un término utilizado para describir el proceso de validación de transacciones que están a la espera de ser agregadas a la base de datos de una blockchain. Este proceso es una parte esencial de las cadenas de bloques que utilizan la Prueba de Trabajo (PoW) como es el caso de la blockchain de Bitcoin. Algunas blockchains, como actualmente la de Ethereum, utilizan el mecanismo de consenso denominado Prueba de Participación (PoS) u otros no necesitando o permitiendo el minado.
Una de las principales características de la minería es la concentración de recursos computacionales; esto es, requiere potencia de procesamiento –para verificar miles de transacciones que cada segundo se sucede en la red-, lo que fundamentalmente implica conjunción de hardware, software y suministro de energía eléctrica estable.
La disposición de estos nodos informáticos al servicio de la red de Blockchain genera recompensas, que se conforman de dos partes: comisiones que pagan los usuarios participantes de las transacciones que conforman el nuevo bloque añadido y nuevas criptomonedas puestas en circulación; de ahí surge el atractivo del minado.