Este innovador concepto fue inicialmente postulado por Werner Dilger, reconocido profesor alemán de informática. Fue Dilger quien en 1997 desarrolló su trabajo “Organización autónoma descentralizada del hogar inteligente según el principio del sistema inmune”. En el mismo, Dilger definía las bases de las DAO como sistema autosostenido y autónomo, un trabajo sin duda adelantado a su tiempo. Sin embargo, en ese momento, su idea resultaba impracticable. El desafío técnico de crear una DAO no pudo ser sorteado hasta la llegada la blockchain.
Las DAO no están vinculadas a ninguna regulación o ley en particular debido a la naturaleza descentralizada donde se ejecuta el smart contract y que coordina la organización, la cadena de bloques (blockchain).
De igual forma, estos smart contracts pueden ser tan simples o complejos como se haya decidido programar. Pero los mismos quedarán transparentes e inmutables en el momento que sean publicados en la cadena de bloques. Esto hará que todo el mundo pueda revisar su funcionamiento y las reglas que se han programado dentro, teniendo la seguridad de que no podrán ser modificados en el futuro.
Al ser piezas de código informático, es decir, lenguaje puramente digital, abren la puerta a un nuevo nivel de cooperación, pudiendo gestionar la toma de decisiones entre personas, máquinas y otros smart contracts (los cuales pueden estar, a su vez, gestionados por otras personas, máquinas y smart contracts).
Es por ello, que las DAOs representan una poderosa innovación tecnológica. Una que busca redefinir la forma en las que cooperan diferentes partes. Esto gracias a que permiten la creación de organizaciones autónomas, autogestionadas, transparentes y más eficiente.