En efecto, las relaciones actuales contractuales y legales en un entorno de uso intensivo de tecnología se caracterizan por su condición global e internacional, e incluso de cuasi absoluta deslocalización, unido a sistemas operativos automatizados y procesos de toma de decisiones autónomos, en ocasiones, desarrollados bajo inteligencia artificial. Todo ello genera con frecuencia desde supuestos de concurrencia de dos o múltiples legislaciones estatales que colisionan entre sí hasta sistemas operativos de deslocalización absoluta entre usuarios anónimos de difícil adscripción territorial y normativa.
Además de ello, las plataformas con base en tecnología Blockchain, DLT, Smart Contracts, dApps y criptoactivos, en entornos tecnológicos se integran en Startup, Fintech, Insurtech, Proptech, Regtech, Foodtech, Crowdfunding… que está creando contextos complejos de relaciones económicas y jurídicas, susceptibles de intervenir todas las áreas del Derecho, como es la civil, mercantil, administrativo, corporativo o sociedades… así como, derechos de consumidores y usuarios, protección de datos, prevención de blanqueo de capitales, tributación, etc.-.
Estas necesidades refuerzan aún más la necesidad de intervención de equipos multidisciplinares, liderados por abogados y asesores legales expertos y especialistas en tecnología que trabajan en equipo con ingenieros, desarrolladores de sistemas, financieros, entre otros. Todo ello garantiza un adecuado asesoramiento legal y la adopción de las mejores soluciones.